Cada dia: Rutina facial diaria, limpieza mañana y noche, hidratación a la mañana y humectación-nutrición por la noche (ver apartado específico).
Cada semana: Una exfoliación suave. No todos tenemos la misma piel, aunque la normalidad es que no necesitemos ayuda para ‘despegar’ las células muertas. Lo cierto es que a veces, por queratinización debido a la exposición solar, a los agentes contaminantes, o simplemente a motivos genéticos, nuestra piel se resiste a dejar ir aquella última capa que tanto nos incordia. Es ahí cuando debemos recurrir a la exfoliación, para eso utilizaremos un scrub específico para nuestro tipo de piel, seguido de la aplicación de una máscara facial.
Cada mes: Una visita médico especialista en estética para una limpieza profunda y un tratamiento específico a la medida, donde se aúna aparatología, buenas manos y productos.